La Agencia de Protección de Datos ha resuelto que la Guardia Civil de
Asturias cometió una infracción grave al publicar la filiación de un
agente de Tráfico expedientado en el panel de anuncios del Ayuntamiento
de Langreo, en agosto de 2012. Según la resolución de la Agencia, se
habrían vulnerado tanto el deber de secreto como el derecho a la
intimidad y al honor del agente en cuestión, para el que se abre la
posibilidad de presentar una demanda reclamando una indemnización.
Además, se instará a la Dirección General a depurar responsabilidades.
La Agencia no insta ninguna medida correctora, debido a la naturaleza de
la infracción, y se limita a comunicar su resolución a la Dirección
General, al perjudicado y al Defensor del Pueblo.
El comandante
de la Agrupación de Tráfico de Cantabria, que instruía un expediente a
un guardia de Langreo, ordenó publicar un edicto en el Ayuntamiento de
la localidad por el que se notificaba una sanción de empleo y sueldo
contra éste, sin tener en cuenta que el régimen disciplinario que atañe a
los miembros de este cuerpo es muy diferente al de los funcionarios. En
la notificación podía leerse no sólo la identidad del agente, sino su
dirección y otros datos relevantes, como la sanción impuesta (cinco días
de suspensión de empleo y sueldo).
La notificación tendría que
haberse entregado en mano al agente en la unidad de Tráfico en la que
servía. En aquel momento, el agente se encontraba en el Hospital Central
junto a su madre, que estaba en estado preagónico (de hecho, murió a
los pocos días). La Guardia Civil adujo "mala fe" y "falta de
diligencia" del agente a la hora de recibir la notificación. En vez de
enviar un fax o un correo electrónico, o comunicar al agente que la
resolución sancionadora estaba en el panel de anuncios, se optó por
publicar la comunicación en el panel de anuncios del Ayuntamiento de
Langreo, con el consiguiente riesgo para la seguridad del propio agente
de Tráfico, que fue defendido por el abogado Luis Zaragoza.
La
Agrupación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha calificado lo
ocurrido al agente como "un claro caso de mobbing". Esta asociación
indicó en su día que el agente fue represaliado por uno de sus mandos
ante la sospecha de que él hubiese facilitado a AUGC unas fotos en las
que se veía a un suboficial disfrutando de una costillada, cuando
tendría que estar patrullando.
(Fuente: La Nueva España)
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