viernes, 5 de diciembre de 2014

Informes clínicos de 300 pacientes del Negrín aparecen en la basura.

Los informes clínicos de al menos 300 pacientes del Hospital Doctor Negrín aparecieron el pasado jueves por la noche en un contenedor de basura del barrio de El Fondillo de Las Palmas de Grancanaria.

Estos documentos, que son confidenciales y sólo pueden ser consultados dentro del centro por el personal sanitario, contienen datos personales como el diagnóstico del paciente, nombre y apellidos, dirección y números de teléfono. Los expedientes médicos encontrados pertenecen al Servicio de Cardiología y están fechados entre los años 2000 y 2009. Estos papeles no pueden ser extraídos del hospital sin una autorización específica y dentro del propio centro hospitalario sólo pueden acceder a ellos el equipo sanitario. 

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, que se enteró del hallazgo por LA PROVINCIA / Diario de Las Palmas inició ayer una investigación interna para averiguar cómo salieron esos papeles del centro. En total, son seis los archivadores que fueron encontrados por un vecino en uno de los contenedores del barrio de El Fondillo el pasado jueves por la noche, aunque no se descarta que en su interior existieran más volúmenes. En ellos se encuentran los datos de al menos 300 usuarios del Servicio de Cardiología del Negrín, tanto hombres como mujeres y de diferentes edades, municipios e islas, aunque todos coinciden en que han sufrido alguna patología cardíaca. Entre los documentos encontrados en la basura hay originales y fotocopias, y algunas páginas tienen anotaciones a mano en los diferentes márgenes.

Los seis archivadores guardan, junto a diferentes tipos de información clínica de los pacientes, pruebas diagnósticas que, incluso, en algunos casos están también en formato digital con CD original incorporado. En estos documentos se lee claramente la filiación del paciente, su edad y fecha de nacimiento, su diagnóstico médico, los días que ha permanecido ingresado en el centro hospitalario, el día que se le ha dado el alta, las pruebas que se le han practicado durante su estancia, su evolución y los resultados de las pruebas.

En estos papeles se encuentra información personal, como tumores, cánceres o antecedentes clínicos y familiares. En algunos casos se incluyen datos sobre adicciones, como alcohol o tabaquismo, o temas relacionados con profesiones y aficiones. Es el caso de un joven de 18 años, diagnosticado de preexcitación ventricular asintomática -que puede dar lugar a una variedad de síndromes arrítmicos-, en el que se explica que es futbolista federado y que practica deportes como submarinismo o kickboxing.

Los pacientes afectados residen en su mayoría en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, pero también en otros tan dispares como son los de Arucas, San Bartolomé de Tirajana, Santa Brígida, Gáldar, Guía, Telde, Moya, Teror o Arrecife (Lanzarote).

Entre los afectados hay mujeres y hombres en prácticamente la misma proporción. Muchas son personas mayores aquejadas de varios trastornos relacionados con el corazón, pero también hay casos de chicos o chicas jóvenes que no superan los 30 años. Aunque en su mayoría son usuarios de más de 50 años.

Los archivadores se encontraban en la calle descubiertos, sin bolsa de basura que los cubriera, en el interior de un contenedor de El Fondillo. En ellos hay información de los usuarios atendidos por el Servicio de Cardiología del Hospital Doctor Negrín entre 2000 y 2009, ya sea a través del Servicio de Urgencias o por pruebas diagnósticas programadas. En relación a las pruebas, la mayoría de los pacientes fueron sometidos a un estudio electrofisiológico y a una ablación con radiofrecuencia, ya que, según los informes, padecían arritmias (latido irregulares del corazón) y taquicardias (incremento de la frecuencia cardíaca). 

Un estudio electrofisiológico es una prueba que permite estudiar las alteraciones del ritmo cardíaco, conocidas como arritmias. Esta prueba puede ser útil para pacientes con palpitaciones, taquicardias, mareos o pérdidas de conocimiento. En el caso concreto de pacientes con taquicardias, éstas pueden ser provocadas durante la prueba para ver sus características y decidir cuál es su origen y decidir el tratamiento más adecuado. En pacientes con pérdidas de conocimiento el estudio puede ser útil para valorar si éstas pueden ser causadas por arritmias. 
La ablación con radiofrecuencia es otra forma de tratar las arritmias que consiste en realizar el mapeo del circuito eléctrico que origina una taquicardia y eliminarla, de manera que se resuelve la enfermedad en la mayoría de los casos.

Para realizar la ablación con radioterapia es necesario haber hecho con anterioridad un estudio electrofisiológico que permite conocer con precisión dónde se localiza este trastorno y ubicar el catéter con el que se emite radiofrecuencia, generando la resistencia eléctrica necesaria para evitar la arritmia. Precisamente uno de los archivadores encontrados en la calle contiene cuantiosa información sobre pacientes sometidos al estudio electrofisiológico en el Negrín.

Los documentos se encuentran perfectamente ordenados por paciente en apartados individuales, con su correspondiente archivador de plástico, en los que se incluyen anotaciones a mano o pruebas diagnósticas complementarias. Este impoluto orden a la hora de clasificar los pacientes podría implicar que los datos han sido recogidos para la elaboración de algún estudio y que luego fueron desestimados sin llevar a cabo la correspondiente destrucción de los mismos.

Hay que tener en cuenta que los datos de los pacientes están protegidos por la ley y que nadie, fuera del equipo médico, puede tener acceso a los mismos sin una autorización específica que queda registrada en el propio hospital.

De hecho, la legislación española es una de las más restrictivas con respecto a los datos que a diario manejan empresas privadas y organismos públicos. En este sentido, existen duras sanciones para aquellos que obtengan datos de manera ilícita. No es la primera vez que ocurre una cosa así en España. La Junta de Castilla y León abrió en 2000 una investigación sobre el extravío de cientos de citologías femeninas que aparecieron tiradas en un descampado de la ciudad en Valladolid. Tres años más tarde en Madrid la dirección del Hospital Puerta de Hierro abrió una investigación por la aparición de informes médicos confidenciales en un contenedor de basura.

Ese mismo año el Tribunal Supremo confirmó la sanción de más de 300.500 euros impuesta por la Agencia Española de Protección de Datos por la aparición en un contenedor de basura de la ciudad se Sevilla de un total de 158 expedientes médicos de pacientes que habían sido asistidos en la Clínica Sagrado Corazón.

(Fuente: laprovincia.es)

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